En esta hoja informativa se explica la pérdida del olfato o del gusto que puede presentarse después de una lesión cerebral traumática.  

Las convulsiones son un problema de salud que puede ocurrir después de una lesión cerebral traumática (LCT o por sus siglas en inglés, TBI). Aunque la mayoría de las personas con LCT nunca sufrirán una convulsión, 1 de cada 10 personas que fueron hospitalizadas después de una LCT tendrán convulsiones.  

El dolor es una sensación desagradable que puede variar de leve a muy grave. El dolor es muy personal; dos personas pueden tener el mismo tipo y cantidad de dolor y reaccionar de modo muy diferente.  

La espasticidad es el tensado muscular incontrolado (aumento del tono muscular) causado por señales alteradas del cerebro. Es una situación común que se presenta en las personas que han sufrido lesiones cerebrales traumáticas (LCT).  

Dolor de cabeza es uno de los síntomas más comunes después de una lesión cerebral traumática (a menudo llamado “dolor de cabeza postraumático”). Más de un 30% de las personas reportan dolores de cabeza que continúan hasta mucho después de la lesión.  

Las personas con una lesión cerebral traumática (LCT) a menudo tienen problemas con el equilibrio. Aproximadamente la mitad de las personas con LCT sufren mareos y pérdida de equilibrio en algún momento de su recuperación.  

Muchas personas que tienen lesiones cerebrales sufren problemas del sueño. No dormir bien puede aumentar o empeorar la depresión, la ansiedad, el cansancio, la irritabilidad y el sentido de bienestar de la persona.  

Cuando usted está fatigado, es menos probable que pueda pensar claramente o que pueda realizar actividades físicas. Si está abrumado por la fatiga, tiene menos energía para cuidarse o para hacer cosas que disfruta.